Esther Neira

Educadora relevante, primera diputada nacional electa a la Tercera Asamblea Constituyente en Panamá, mantuvo una lucha por el derecho de la mujer panameña al sufragio, conquistado finalmente en 1945-46.

Viaja por países del Viejo Continente y estudia sus culturas, incluso varios idiomas.

Más adelante se desempeña como profesora de Higiene y Puericultura en la Escuela Profesional.

Con el apoyo de cinco partidos políticos, fue proclamada candidata a una diputación nacional.

Allí comparte experiencias con Carrie Chapman Catt y otras mujeres que participaron en la lucha por la enmienda constitucional de 1920 que otorgó derechos políticos a las mujeres de ese país.

[5]​ El entonces presidente panameño, Belisario Porras, al designarla como delegada a esa conferencia, le escribe:[6]​ La Conferencia Panamericana de Mujeres fue el detonante que necesitaba para consagrar su vida a la lucha por los derechos de la mujer.

En 1923, inicia reformas en el sistema de cárceles para mujeres y menores.

Su cuerpo fue traído a Panamá y sepultado en Jardín de Paz.

Sus restos fueron exhumados posteriormente y sus cenizas colocadas en una cripta del Santuario Nacional del Corazón de María junto a los de su esposo y su madre.