Las figuras, halladas principalmente en Galicia (España) y en el norte de Portugal, han sido interpretadas por Thomas G. Schattner como deidades guerreras protectoras, vestidas en la forma típica de los guerreros galaicos.
La datación de los guerreros galaicos[1] o lusitanos sigue siendo discutida.
Las inscripciones latinas muestran que todavía se erguían o estaban en uso en época romana, pero dificultan la datación.
Las estatuas fueron encontradas en los castros de la Cultura castreña y han sido interpretados como guerreros o dioses.
Su función como deidad la da el hallazgo de Sanfins, un hallazgo tan valioso como raro, en la que la muralla defensiva recuerda a la encontrada en la excavación arqueológica de Glauberg.