Sin embargo, tras las reformas realizadas en el 2009 su aspecto es ahora mucho más clásico ya que está revestida de azulejos blancos biselados.
Su iluminación ha sido renovada empleando el modelo vagues (olas) con estructuras casi adheridas a la bóveda que sobrevuelan ambos andenes proyectando la luz en varias direcciones.
Aunque como suele ser habitual en el metro parisino los andenes laterales se hacen frente, en este caso, una pared construida para reforzar la estructura interna de la bóveda, los separa.
Esto se debe a que la línea 8 y la línea 9 discurren paralelas en un largo tramo que se ha pretendido reforzar de esta forma.
La bóveda está revestida con los habituales azulejos blancos biselados del metro parisino.
Desaparece en este caso cualquier muro o apoyo central de la bóveda que usa en su revestimiento azulejos planos, sin biselar.
El banco Motte, desparecido en la línea 9, vuelve a usarse aquí.