Desde 1999, también es posible acceder a la línea E usando el pasillo que la conecta con la estación de Magenta.
Un año después, llegó a dicha estación la línea 4.
En los años 70, la estación fue rediseñada al estilo Motte recuperando el blanco como color predominante.
Está diseñada en bóveda elíptica revestida casi completamente de los clásicos azulejos blancos del metro parisino, aunque en este caso están sin biselar.
La señalización, sobre paneles metálicos de color azul y letras blancas adopta la tipografía Motte.