También cuenta con servicios de largo recorrido con destino Valencia y Alicante.[5] Sin embargo, la construcción se demoró varios años y MZA la retomó con vistas a la Exposición Internacional de 1929.El diseño contemplaba doce vías con acceso a andén y dos de escape.Los pabellones laterales estaban formados por dos edificios para viajeros, uno nuevo y otro derivado de la reforma del ya existente.Ambos edificios quedarían unidos en la parte frontal, donde se situaría el acceso principal.Se contempló la posibilidad de añadirle una tercera nave al proyecto, pero su elevado coste descartó dicha opción.Aun ganador, su proyecto se consideró demasiado sobrio, por lo que se encargó a Raimundo Durán Reynals y Pelayo Martínez mejorar la decoración y ornamentación interior del recinto para adaptarlo al gusto de la burguesía de la época, lo que redundaría en la utilización de materiales como el bronce o el mármol.Además de su valor artístico, la estación contaba con importantes avances técnicos, como enclavamientos eléctricos, toperas hidráulicas (que aún se conservan) o unos corredores subterráneos para el tránsito de las mercancías.[6] Durante la Guerra Civil sufrió graves daños, lo que llevó a reconstrucciones posteriores generalmente parciales e insuficientes dada la envergura del recinto.[7] Los trabajos de restauración fueron dirigidos por el arquitecto José Ramón Pastor González, que contó con la colaboración del escultor Antoni Rosellé y el ingeniero José Rivera.La estructura metálica fue construida en la empresa Sociedad Material para Ferrocarriles y Construcciones, S.A., conocida popularmente como Can Girona.Desde 2006 se incorporó a la red de Cercanías Renfe al crearse la línea 10.
Dos trenes Alvia en los andenes de la estación en 2010.