Los orígenes de la línea, se remontan a la constitución del Ferrocarril Central Catalán (F.C.
Aunque los primeros proyectos datan de 1852 no sería hasta cuatro décadas más tarde en que la línea ferroviaria quedó inaugurada, permitiendo salir de la situación en la que se encontraba la comarca, debido a la falta de transportes adecuados.
Al finalizar la Guerra Civil en 1939, el panorama que ofrecían la línea era desolador, ya que tanto el material como las instalaciones a duras penas podían prestar servicio.
La lenta reconstrucción topó con los inconvenientes de la larga posguerra, durante la cual se obligó al ferrocarril a asumir un tráfico para el que no estaba preparado.
En julio de 2012 se reestructuraron todos los servicios en la red, reduciendo frecuencias pero recuperando algunos trenes semidirectos entre Barcelona e Igualada mediante la línea R60.
Uno de ellos se efectúa desde la Avenida del Baixador y consiste en un túnel bajo la vía para acceder al andén.
Los trenes semidirectos de la línea R60 no efectúan parada en la estación.