Esquí de travesía

Tiene su origen en los Alpes, durante las primeras décadas del siglo XX, en un momento en que mientras que el alpinismo era una actividad de verano plenamente consolidada, durante el invierno y la primavera la alta montaña permanecía cerrada a toda actividad humana.

Hoy este deporte ha cambiado mucho, ahora el esquí de montaña es una disciplina olímpica reconocida (desde el verano 2019), con un circuito internacional reglado por la ISMF (International Ski Mountaineering Federation), circuitos homologados a nivel nacional, etc… [1]​ Además del equipo propio del montañismo invernal, se utiliza material específico de esta modalidad.

Para su uso es conveniente tener experiencia en montañismo invernal, además de un nivel de esquí medio-alto para poder esquiar por todas las zonas ya que una vez se sale a la montaña estás en riesgo hasta que finalizas la actividad.

Para ello se utiliza un material específico: El esquí de travesía actualmente, existe como práctica profesional en competiciones alrededor del mundo.

Fue en 1924 cuándo se incluyó por primera vez en los Juegos Olímpicos de Invierno en Chamonix (Francia).

Practicantes del esquí de montaña.
Fotografía de antiguas pieles de foca usadas para el esquí de travesía (hacia los años 1950)