Especiación ecológica

La selección divergente puede ser alcanzada por varias causas, aunque podrían reconocerse tres más o menos discretas, aunque a veces no completamente independientes: 1- Diferencias ambientales 2- Selección sexual 3- Interacciones ecológicas La selección divergente puede ocurrir cuando dos poblaciones habitan ambientes diferenciales, por ejemplo respecto a estructura de hábitat, clima y recursos, en clara consistencia con el tradicional modelo de especiación alopátrica (6).

La compleja estructura del hábitat permite muchas veces la coexistencia y diferenciación de varias especies en una suerte de distribuciones “microalopátricas” (10) e incluso la heterogeneidad puede ser un factor estabilizante que permite a las especies coexistir junto a competidores o predadores, como mostró en un genial y sencillo experimento Huffaker (11).

Sin embargo, sigue siendo dificultoso encontrar especiación ecológica consumada atribuible a factores ambientales perfectamente definidos.

Más allá de lo dicho anteriormente, la evidencia directa por selección sexual en especiación ecológica es débil (1).

La competencia es entonces un factor íntimamente ligado al concepto de nicho y puede por tanto conducir a especiación en condiciones simpátricas.

Otros tipos de interacciones ecológicas pueden dar origen a selección divergente, como por ejemplo relaciones depredador-presa.

Se ha visto que cambios poblacionales significativos son observados recíprocamente en relaciones de este tipo tanto en modelos experimentales (11), naturales (15), como teóricos, muchos tratados por la ecología desde principios del siglo XX (16) (17).

Sin embargo, nuevamente hay pocos casos donde se pueda visualizar selección divergente generada por un depredador, pese a que este tipo de relación en la naturaleza es totalmente ubicua.

Presiones de selección recíprocas y sincrónicas entre ambas poblaciones que devienen en adaptaciones mutuas (coevolución) han sido ampliamente registradas en la literatura científica.

La ecología ha tratado también estos fenómenos en animales, plantas, microorganismos y prácticamente todos los taxa del mundo vivo.