[3] La población indígena de Chiloé estaba compuesta por huilliches, payos y chonos; los dos primeros hablaban veliche, el dialecto chilote del mapudungun, mientras que los chonos tenían un idioma propio del que no se sabe casi nada.
Por esta razón, los habitantes del archipiélago se vieron abandonados a sus propios recursos y, con el paso del tiempo, dieron origen a una cultura propia, en la que el lenguaje también adoptó una forma particular.
[6] Después de la expulsión de los jesuitas mediante la Pragmática Sanción de 1767, las nuevas órdenes religiosas incentivaron el uso del castellano y, a fines del siglo XVIII, un sacerdote señaló que ya había más familiarización con la lengua española, tanto entre españoles y mestizos como entre indígenas, pero que seguían haciéndose las confesiones en veliche.
Aunque este dialecto desapareció a fines del siglo XIX, el castellano hablado en Chiloé acusa una gran influencia de él en el vocabulario y en ciertas construcciones gramaticales; este último también contiene muchos arcaísmos del español hablado en la época colonial, ya desusados en otras variantes del idioma, a tal punto que, a principios del siglo XX, un viajero chileno afirmó no entender la lengua que hablaban unos boteros chilotes en un puerto[cita requerida]; sin embargo, hoy en día la educación uniforme, la existencia de los medios de comunicación masivos que usan el español estándar o el español chileno y el escaso prestigio del español chilote han causado que cada vez menos chilotes usen su habla local, a tal punto que muchas personas no son comprendidas al usarla.
Por lo tanto, los rasgos de fonología y gramática mencionados anteriormente no son válidos para todas las modalidades.