Las observaciones de los arqueólogos demuestran que el arte escultórico precedió a la arquitectura propiamente dicha y que se encuentra en la mayoría de las tribus antiguas europeas.
Las primeras manifestaciones del arte escultórico en Europa se encuentran en los utensilios y placas de hueso o de marfil correspondientes al periodo conocido como Edad del Reno en el periodo paleolítico.
Durante mucho tiempo en el año 1850 se los consideró como insignias de dignidad o como varillas adivinatorias, estudios más recientes los asocian a utensilios de carácter práctico.
Contemporáneos con las mencionadas esculturas postpaleolíticas debieron ser los grabados que aún se conservan en grandes rocas al aire libre y en el interior de algunas cavernas, realizados a veces con pinturas.
Y dando un paso más en el arte escultórico se manifiesta su actividad en la talla de algunos menhires o monolitos que presentan una grosera forma humana.