La Tau tiene exactamente la misma forma de la cruz en que fue clavado Cristo..." decía Inocencio III.
Dichas palabras calaron hondo en San Francisco, quien asumió la Tau como su blasón personal, también hizo de ella su rúbrica marcándola en los lugares por donde pasaba y llevándola dibujada en la frente con ceniza así como sus seguidores.
El primer escudo con los brazos cruzados aparece a finales del siglo XV.
En el siglo XVI se invierten la posición de las manos, en algunos casos se añaden estigmas de crucifixión en las palmas y posteriormente la cruz o Tau pasa a estar en el fondo.
Entre 1743 y 1744 se abren sus cimientos para la nueva construcción en vista de lo precario del espacio en proporción al crecimiento demográfico.
Posteriormente se fueron añadiendo diferentes símbolos a medida en que iban creciendo y dividiéndose las órdenes de franciscanos.
Los mismos podían en estar acumulados en uno solo escudo o plantearse de forma individual.
En los laterales de la puerta existen dos hornacinas cada una respectivamente con dos columnas salomónicas sobre pedestales cuya decoración principal son grutescos antropomorfos con cuernos de carnero y labios leporinos, motivos recurrentes del estilo mestizo.
Las columnas salomónicas están decoradas de vides, palmetas y granadas en follaje anillado en serpentín.
La portada principal es flanqueada por otras dos portadas de una sola calle y dos cuerpos, las mismas son las entradas a las naves laterales, se ingresa por dos portones secundarios rodeados por cuatro columnas anilladas, tienen el fuste decorado y rocallas en las partes superiores.
Se presupone que originalmente una cruz latina o papal coronaba el remate, la que existe actualmente es de hierro forjado su fue repuesta en los años ´90 después de la última intervención para su restauración.