No todos los escantillones son iguales, cada uno depende del objeto que se va a construir.
Los escantillones pueden variar desde una pequeña varilla en la construcción de una puerta o escritorio, hasta un complejo diagrama como en la fabricación del calzado.
Una de las funciones de los escantillones es que dos o más productos similares tengan las mismas medidas, y así poder decir que son realmente similares.
Por ejemplo, si no existiesen los escantillones, un carpintero, después de hacer una puerta, si quisiera volver a hacer otra igual, necesitaría tener que volver a hacer todo el proceso, todas las medidas y todo el trabajo.
En cambio, teniendo los escantillones ya tiene "un diagrama" para volver a hacer una puerta igual.