Los jökulhlaups, inundaciones glaciales repentinas, se han identificado como el peligro volcánico más frecuente en Islandia,[1] con grandes eventos en los que las descargas pueden alcanzar picos de 10 000−100 000 m³/s cuando hay grandes erupciones bajo los glaciares.Esto es particularmente relevante dado que las erupciones subglaciales han demostrado recientemente su capacidad de causar un impacto generalizado, como ocurrió con la nube de cenizas asociada con la erupción del Eyjafjallajökull de 2010 en Islandia que alteró significativamente el tráfico aéreo en Europa.Dado que las erupciones subglaciales ocurren en regiones a menudo escasamente pobladas, no han sido comúnmente observadas o monitoreadas; así, los tiempos y las secuencias de los eventos asociados con una erupción de este tipo están poco restringidos.[2] En este evento, a pesar de que el glaciar era delgado, se observó un gran jökulhlaup ya que el glaciar estaba compuesto en gran parte de hielo impermeable (no fracturado) con una repentina inundación supraglacial una vez que la cavidad hubo alcanzado su capacidad.Las investigaciones mostraron que para los glaciares de base cálida, los efectos de las erupciones volcánicas subglaciales son locales, con erupciones que forman depresiones profundas y causan jökulhlaups.