Cuenta la historia de un herrero tan astuto que consigue mantener alejado hasta al mismísimo diablo, a quien mantiene en cautiverio y sufriendo continua tortura.
Ocho años después llega a Álava un investigador del gobierno llamado Alfredo Ortiz.
El herrero se muestra como un anciano extraño y peculiar no solo por su rechazo al resto; no solo ha fortificado su terreno con cruces y trampas de hierro, sino también demuestra poseer una fuerza y resistencia sobrehumana que incluso le permiten forjar metal al rojo vivo usando sus puños en lugar de un martillo.
Usue, una niña huérfana con la cara desfigurada por quemaduras, vive en la parroquia a cargo del sacerdote; sin embargo, es una niña rebelde y poco apegada a la iglesia ya que se dice que su madre era una suicida y por lo tanto su alma fue al infierno.
En castigo, Patxi rompe uno de los cuernos del demonio y lo vuelve a encerrar.
Patxi rápidamente simpatiza con la niña y le explica que en lugar de pagar su pacto, atrapó a Sartael y lo mantiene encerrado para evitar que cobre su alma y lo lleve al infierno, también le enseña cómo torturar demonios arrojando garbanzos al suelo, ya que no pueden resistir el impulso de intentar contarlos, y también haciendo sonar una campanilla de oro bendecida por la iglesia, cuyo sonido les significa un sufrimiento indescriptible.
Sartael revela que en realidad los humanos se ven motivados a entrar al infierno por su propia culpa y una vez allí no pueden salir nunca.
Éste revela que el oro nunca le ha sido relevante más que como un motivo para tentar a los lugareños ya que su labor es otra: como Sartael no ha podido regresar al infierno con el alma de Paxti, ha sido degradado y él ha venido a encontrarlos, posteriormente ordena a los aldeanos que Patxi sea ahorcado para recoger su alma en lugar de Sartael, a quien no piensa rescatar en castigo por su fracaso.
Usue toca la campanilla haciendo que Ortiz revele su rostro de demonio.
Sartael, agradecido con la niña por salvarlo en la jaula, convence a los aldeanos de que fue rechazada del infierno porque es una verdadera Santa y debe ser tratada con respeto.
Por ello podemos ver en ella demonios que recreando los grabados del siglo.