Trabajó allí ayudando en un matadero (hoy convertido en un hotel de turismo) donde se mataban 35.000 ovejas cada otoño.
No tardó mucho en abandonar Reikiavik y, aunque la mayor parte de los artistas solía ir a Copenhague para continuar su formación artística, Erró prefirió ir a Oslo porque quería practicar esquí y alpinismo.
También pudo reencontrarse allí con el chileno Roberto Matta, con quien ya había tomado contacto en 1956 en la Bienal de Venecia.
La crítica lo clasifica como un destacado exponente del arte figurativo narrativo y el pintor islandés más conocido internacionalmente.
[1] Uno de sus hermanos es el destacado geólogo, periodista, escritor y político, Ari Trausti Guðmundsson.