Fue diseñada por el arquitecto Joaquín María Arnau Miramón[2] bajo el encargo del arcipreste de Torrente, Salvador Muñoz Álvarez.
Los terrenos eran propiedad del arcipreste, quien los entregó y sufragó la obra, bajo la condición de que fuese dedicado el templo a San Isidro Labrador, haciendo honor al nombre de su padre.
Justo en el vértice se sitúa una escultura del Sagrado Corazón de Jesús.
Dicha imagen quedó custodiada en la alquería de Burguet, donde había una pequeña ermita.
Su existencia consta desde 1556, pero fue destruida y reconstruida en diferentes situaciones, como durante la guerra civil española.
Aunque se encuentra frente al templo, su existencia no estaba relacionada en origen con el mismo.