Esta ermita es la única que se conserva en la actualidad dentro del casco urbano.
Tal edificio se arruinaría a lo largo del siglo XVIII y en 1787 sería rehecho.
En el interior se observan en los ángulos los pilares graníticos desde donde arrancan los cuatro arcos formeros y las pechinas que permiten pasar de la planta cuadrangular a la figura circular que sirve de base a la cúpula de media naranja.
En el testero se haya colocado y retablo apoyado sobre un banco con la superficie labrada con relieves de tipo vegetal, la datación parece corresponder al siglo XVII.
A los lados de este grupo están colocadas las imágenes de la Virgen y San Juan, talladas en madera y policromadas.