Ermita de Santa Clara (San Sebastián)

[1]​ En el siglo XVII la ermita pasó a ser gestionada por las monjas del Monasterio San Bartolomé y pasó a llamarse ermita de San Bartolomé.

En 1220 el islote situado en la bahía donostiarra fue visitado por Francisco de Asís y por Clara Scifi que posteriormente se convertiría en Santa Clara de Asís y daría nombre a la isla.

Otra zona de la isla sirvió como cementerio para los afectados por peste bubónica en el siglo XVI y más tarde, como camposanto de los herejes que morían en tierra firme.

Sacerdotes y acólitos acudían a la celebración de la santa misa que allí y aquel día solía rezarse; y cuentan las crónicas que desde el momento en que salían del puerto las lanchas en que unos y otros iban embarcados, hasta el momento en que llegaban a la isla, las campanas de San Bartolomé repicaban de lo lindo.

[5]​ No es difícil conjeturar la animación y algarabía que en aquella romería pondrían los donostiarras de aquella remota época de los siglos XV, XVI y XVII[6]​ Aún a finales del siglo XVIII, según testimonio del doctor Camino, pedían observarse vestigios de dicha ermita, que las guerras de fines de aquel siglo y del siguiente, así como la construcción del faro actual en 1864, acabaron por borrar.

San Sebastián en el siglo XIX por Petit de Meurville
Isla de santa Clara en el siglo XIX por Petit de Meurville