Pero no ha sido siempre así, sino que fue en el cabildo celebrado en agosto de 1565 cuando se aprobó hacer la fiesta y solemnizarla.
Sin embargo, en las ordenanzas de la cofradía, aprobadas en enero de 1566, no se alude en ningún capítulo a esta ermita, ni se contempla que la cofradía tenga la obligación hacia ella o hacia Santa Ana y su festividad.
Su iconografía se adapta a la de una mujer anciana, abuela y serena matrona.
No se la representa sola, sino asociada a la virgen con el niño.
Es una imagen muy hierática, rígida e inexpresiva que, por otra parte se corresponde con la tipología y los modelos de otras imágenes de Santa Ana sosteniendo a su hija y a su nieto.