Ermita de San Pedro del Barco

Al quedarse huérfano se retiró a un rincón de lo que es hoy la Ribera barcense.

En el año 1149 regresó al Barco con su amigo San Pascual, natural de Tormellas.

En octubre de 1155, San Pedro tuvo sed y pidió al muchacho le trajeses un poco de agua, al probarla observó que era vino.

La mula partió de El Barco, pasó Piedrahíta y al llegar a Ávila, se dirigió a la Iglesia de San Vicente donde se paró y dejó marcada su huella, conservándose ésta actualmente.

San Pedro fue enterrado en la iglesia y allí permanece, salvo el húmero que fue extraído para depositarlo en la ermita de San Pedro, en El Barco de Ávila.

Fachada de la ermita.