Sin embargo las raíces del epinete son desconocidas, aunque hay quienes consideran que el instrumento fue introducido en la región por los suecos durante la guerra de los treinta años.
Originalmente tenía catorce trastes, aumentando el número a diecisiete en el siglo XIX.
La mano derecha rasga las cuerdas con el dedo, una pluma de ganso o una uña.
El lutier más prolífico de epinetes fue Amé Lambert (1843–1908), quien llegó a fabricar unos 500 por año.
El instrumento cayó en desuso, y se sabe poco del mismo hasta que fue resucitado luego de 1945.