Así consigue dominar diversas lenguas como el hebreo, sirio, egipcio, griego y latín.
También era el Obispo metropolitano de Chipre, puesto que desempeñó durante cerca de cuarenta años, al mismo tiempo que viajaba para combatir las creencias no ortodoxas.
En 382 asistió al Concilio del año 382, otra vez apoyando la causa de Paulino.
Escrito entre 374 y 377, forma una guía para tratar con cristianos heréticos, listando 80 doctrinas heréticas, algunas de los cuales no aparecen descritas en ningún otro documento conservado de aquel tiempo.
Mientras Epifanio a menudo permitió a su afán venir antes que los hechos —admite en una ocasión que él escribe contra Orígenes basándose sólo en rumores[2]— el Panarion es una valiosa fuente de información sobre la iglesia cristiana del siglo IV.