Epícides

El asesinato del tirano y la revuelta que siguió, asustó a los dos cartagineses, que primera pensaron volver a su patria, y luego comprendieron que podrían conseguir beneficios de aquella situación.

Allí los atacó Marco Claudio Marcelo, que se enemistó de nuevo con los siracusanos por sus crueldades, que aclamaron a Hipócrates y Epícides como nuevos tiranos.

Marcelo inició el asedio de Siracusa, que fue defendida audazmente por ambos y luego solo por Epícides, mientras que Hipócrates fue a defender otras partes de la isla gracias a la ayuda de Himilcón.

Intentó evitar la caída de la ciudad, que fue conquistada casi por completo por Marcelo, gracias a algunos traidores.

Después de la renuncia de este último, Epícides se vio derrotado y se refugió en Agrigento, donde colaboró con el jefe militar númida, Mutines.