Entorno extremo

Ejemplos de entornos extremos son los polos geográficos, los desiertos muy secos, los volcanes, las simas oceánicas, la estratosfera, el monte Everest, el espacio exterior y el entorno de cualquier planeta del sistema solar excepto la Tierra.

La mayoría de las lunas y planetas del sistema solar también son entornos extremos.

La astrobiología aún no ha encontrado vida en ningún entorno fuera de la Tierra, aunque ciertos experimentos han demostrado que los tardígrados pueden sobrevivir al vacío y la intensa radiación del espacio exterior.

La modificación conceptual de las condiciones en lugares fuera de la Tierra para hacerlos más habitables a los humanos y otros organismos terrestres se conoce como terraformación.

Entre los entornos extremos están los alcalinos, ácidos, extremadamente calientes o fríos, hipersalinos, lugares sin agua u oxígeno y los alterados por los humanos, como los relaves mineros o los hábitats afectados por la industria petrolera[1]​ .