En 1948, al alcanzar la mayoría de edad, adquirió la ciudadanía legal uruguaya.
Respectivamente, estas negociaciones aumentaron el capital ordinario del Banco por US$ 26,5 mil millones y US$ 101 mil millones y permitieron al organismo ayudar a sus países miembros prestatarios a iniciar una era de reformas, apertura e integración, así como llevar adelante un programa de modernización de la propia institución.
Iglesias fue un fuerte promotor del libre comercio y del multilateralismo, teniendo una participación decisiva en la creación de préstamos al desarrollo, y tuvo un interés especial en la energía.
Desde el año 2014 el CEAPI (Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica) entrega el premio Enrique V.
Iglesias al Desarrollo del Espacio Empresarial Iberoamericano que reconoce "a quienes más contribuyen a la relación entre los países mediante su actividad económica, inversiones conjuntas y promoción del comercio.