Durante su exilio vivió con la familia de su madre en Inglaterra y estudió en el St.
En 1875 acompaña a su madre que fue invitada por el presidente Juan Bautista Gill al Paraguay para establecerse en el país y reclamar algunas propiedades y objetos de valor que supuestamente eran su herencia, pero su misión fue un fracaso debido al descontento popular tuvieron que marcharse y regresar a Europa para evitar ser linchados.
En 1893 Enrique volvería definitivamente al Paraguay, cuando aún la figura de su padre era mal vista y prohibida por ley.
A pesar del ambiente hostil hacia su persona y su apellido, logró ponerse en contacto con Bernardino Caballero, Patricio Escobar y Pedro Duarte, personas que habían sido cercanas a su padre, por lo que luego se uniría al partido colorado.
[2] Como homenaje, en el año 2014 la Biblioteca Nacional del Paraguay lanzó la Colección Enrique Solano López, un libro donde se recopila y resume los documentos y escritos más importantes de su colección.