Tanto el rey Luis XIV y Louvois no podían dar crédito a su talento militar y su valentía.
Continuó la labor de su padre en Chantilly, pero, se ganó fama de iracundo, codicioso y brutal.
Saint-Simon lo describe de la manera siguiente: «Hijo desnaturalizado, padre cruel, marido terrible, maestro del odio, vecino malintencionado, sin amistad, sin amigos e incapaz de obtenerlos, celoso, sospechosos, preocupado, sin respiro, lleno de fuegos de artificios y paseos para descubrir y analizar a los demás, como siempre había sido».
Además padeció licantropía, mal que atribuyó a la herencia materna.
Se casó el 11 de diciembre de 1663 en el Palacio de Louvre con la princesa Ana Enriqueta, hija del conde Eduardo del Palatinado, con la que tuvo diez hijos: