Boutillier, mujer del superintendente, quien le dio una educación mediocre.
Tuvieron, cuatro hijos, tres de los cuales murieron prematuramente: Aunque despreciada, ella le dio un hijo, y tras la caída en desgracia que siguió a la Fronda, cuando su marido fue arrestado y apresado en Vincennes, Clara-Clemencia se destacó por su conducta enérgica y devota, prosiguiendo la lucha, sublevando a sus amigos, haciendo frente al peligro, enfrentando a la cólera del rey Luis XIV, a las órdenes de Mazarino y a las amenazas populares.
Exiliada a la fortaleza de Montrond, el cardenal Mazarino le hubo trazado un largo itinerario que partía de Burdeos y pasaba por el Poitou, Anjou y la Turena.
Mientras tanto, su fiel intendente Lenet recorría Francia y España, y ponía a Montrond en estado de sostener un asedio en regla, para poder resistir por más de un año al ejército real.
Clara-Clemencia reunió alrededor de ella a todos sus fieles y les organizó festejos espléndidos a todos los jefes de la Fronda que estaban organizando la resistencia.