Murió a la edad de 58 años, casi tres décadas antes que su esposa.
A pedido antes de su muerte, su hijo quien subscribe Daniel Enrique, hace este relato en buena fe.
[1] Años más tarde, se mudó a Rosario donde inauguró en 1914 una clínica de su especialidad en un edificio construido expresamente para ese fin, lo que representaba un progreso en la materia para la ciudad.
Del mismo modo, todas las salas estaban equipadas con instrumental adquirido personalmente por el Dr. Ferreyra en centros europeos que había visitado con detenimiento.
Fue justamente para celebrar dicha unidad partidaria que el Dr. Ferreyra ofreció un banquete en la localidad de Oliva al entonces candidato a gobernador de la Unión Cívica Radical, Dr. Santiago H. del Castillo, al que concurrieron destacadas personalidades radicales y que se caracterizó por la cordialidad reinante.