Los enfrentamientos armados en la cárcel La Modelo (Bogotá) se repitieron a lo largo de varios años, teniendo su apogeo entre 2000 y 2001.
[1] Al respecto, el paramilitar Daniel Rendón Herrera alias "Don Mario", contó que según su compañero Miguel Arroyave, el tráfico de armas, los asesinatos y el ingreso de personas no registradas a cárcel La Modelo se organizaban en complicidad con miembros de la guardia del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC).
En esa ocasión Eugenia Aguilar, directora del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), aseguró que en cada patio los internos ya habían construido un túnel, y anunció que el penal sería cerrado.
Los asesinatos continuaron, y a comienzos de marzo, nueve prisioneros fueron asesinados.
Un mes más tarde murieron otros cinco internos a manos de encapuchados.
En septiembre, se encontraron 20 túneles más, y como resultado de 35 enfrentamientos armados, ya habían muerto 30 personas.
[5] Ospina había sido infiltrado por los paramilitares en el patio 4, para que informara quiénes eran los jefes en ese pabellón.
[3] Portando brazaletes negros y las iniciales AUC, exigieron a los protegidos de Popeye rendirse.
[3] La Policía Nacional, que llevaba 15 años sin ingresar al penal, decidió tomárselo en la madrugada del sábado siguiente.
Con una pistola apuntándola a la cabeza constantemente, fue secuestrada durante 16 horas por tres hombres que la violaron y torturaron.
[10] En febrero de 2016, el exparamilitar Mario Jaimes Mejía, alias El Panadero aceptó su responsabilidad en los crímenes contra Bedoya.
[11] Según una versión entregada por Jhon Jairo Velásquez, alias Popeye, los delincuentes comunes se rebelaron contra las arbitrariedades de los subversivos.
[16] Las pesquisas comenzaron en el marco de la investigación adelantada por el secuestro, tortura y abuso sexual que sufrió Jineth Bedoya en el 2000.