La prueba basada en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es muy sensible, y puede detectar el virus en cantidades extremadamente pequeñas, siempre que las muestras a probar sean confiables.
El virus permanece en el ambiente por muchos años y es resistente a la mayoría de los desinfectantes.
Debido a la severa supresión del sistema inmune, se desarrollarán múltiples infecciones virales y bacterianas secundarias, las cuales causarán la muerte en dos o cuatro semanas.
Los síntomas característicos en las plumas requieren tiempo para su desarrollo, y solo empiezan a aparecer luego de la primera muda.
Los loros coloridos parecen ser menos afectados por la enfermedad, a menudo son capaces de recuperarse espontáneamente.
En Australia, las cacatúas silvestres se han adaptado muy bien al ambiente urbano y son habituales en los suburbios.
El virus PBFD tiene potencial para volverse una amenaza mayor para los loros silvestres y para la avicultura moderna, debido al incremento del comercio internacional de aves legal e ilegal.
El ave individual puede a veces recuperarse, pero debe observarse que esto es raro.
Si solo las plumas están afectadas y el ave no sufre de otros signos, puede existir una vida aceptable.
Pero si el pico del ave o sus uñas se afectan, la mayoría de los veterinarios sugerirán sacrificar el animal.