Remisión espontánea

El término remisión espontánea se usa frecuentemente en casos de enfermedades crónicas o graves, como el cáncer que mejoran sin causa conocida.

En ocasiones estas sanaciones extraordinarias se les considera milagrosos.

[1]​ Estas estadísticas, sin embargo deben manejarse con cuidado, ya que no todos los casos de remisión espontánea son reportados, bien porque el caso no está bien documentado, porque los médicos que trataron al paciente no publicaron el caso o simplemente porque el paciente estaba siguiendo un tratamiento al que se atribuyó la mejora.

Una de las causas más frecuentemente estudiadas es el efecto placebo, en el que un tratamiento inerte provoca la curación o mejora de los síntomas debido a la sugestión del paciente.

Aunque el cuerpo no sea normalmente capaz de enfrentarse a una patología determinada, como el cáncer o algunas enfermedades infecciosas, en algunos casos se puede producir una respuesta más fuerte de lo habitual o el agente causante puede estar debilitado, lo que haría posible la curación espontánea.