Un enclavamiento es un dispositivo que permite controlar la circulación en una estación de ferrocarril.
Es capaz de manejar las señales, los desvíos, los calces y las semibarreras.
Los enclavamientos mecánicos surgen durante el siglo XIX, cuando la densidad del tráfico ferroviario conllevó un importante incremento en el número de vías de apartadero, agujas y señales.
Surgió entonces la idea de concentrar en un mismo punto todos los dispositivos mecánicos que regulaban el tráfico.
El concepto básico de un enclavamiento consiste en que al accionar el dispositivo montado a tal fin, queda "retenido" o "enclavado"(por ejemplo posibilitando el funcionamiento continuo de un motor eléctrico).