[2] El término francés enjambement, que se ha popularizado también entre filólogos alemanes e ingleses —pese a que se pueden encontrar equivalentes en sus propias lenguas[3]—, procede de un uso figurado del verbo enjamber (‘franquear’, ‘atravesar’), derivado etimológicamente del sustantivo jambe (‘pierna’), que establece una asociación metonímica con el pie métrico o versal.
El encabalgamiento desacompasa estos dos ritmos y tiende a hacer más breve la pausa versal, sustituyéndola por la pausa sintáctica, que en el caso de los encabalgamientos abruptos rompe en dos el verso siguiente, frenando con ello la lectura.
Los encabalgamientos pueden producir diversos efectos estilísticos, según el texto de que se trate y la coincidencia o contraste respecto a otros elementos.
que, no obstante el peligro, al mismo Apolo quisiera gobernar con atrevida
mano, el rápido carro en luz bañado todo lo hiciera, y no tomara sólo