Emilio Serrano

Más que por su propia obra, ha pasado a la historia por su tarea como profesor de toda una generación de compositores al haber accedido en la plaza de catedrático de composición del Conservatorio de Madrid en 1894, donde entre otros alumnos tuvo a Julio Gómez García.

Sucedió en la cátedra al músico Emilio Arrieta.

[1]​ Asimismo, fue nombrado por el Conde de Morphy director del prestigioso Instituto Filarmónico en Madrid,[2]​ situado en la calle Esparteros n.º 3, donde también ejerció como profesor de composición desde finales de 1883 hasta 1885, año en que viaja al extranjero como pensionado de mérito.

En la década de 1890 estrenó varias óperas que le dieron mucha reputación.

Posteriormente se orientó hacia el llamado género chico, la zarzuela, obteniendo un gran éxito en 1924 con La Bejarana¡OLÉ!.