Cursó estudios de bachillerato en el Instituto de San Isidro e, inmediatamente, se dedicó al periodismo en la redacción de “La Iberia”, que más tarde dirigió.
Sus crónicas políticas en "Blanco y Negro" y "La Vanguardia" donde sus secciones sobre asuntos políticos tuvieron bastante fama.
En 1905 sustituiría a José Canalejas como diputado por Ciudad Real.
También senador y, en la Administración pública, ejerció como subsecretario de la Gobernación.
En su legado se cuenta el libreto de “El tambor de granaderos”, zarzuela cómica en prosa, en un acto y tres cuadros, con música del maestro Ruperto Chapí.