Aunque fue breve su participación en el movimiento anarquista, recibió mucha atención por motivo de la gran preocupación respecto a los movimientos revolucionarios en la alta burguesía de la época.Fortuné retornó a Francia en 1882 después de la amnistía, y más tarde trabajó en el periódico L'En-dehors.Por sus méritos en cierta ocasión al ser premiado con un uniforme de la Escuela Politécnica, Henry lo rechazó diciendo que no quería ser un militar, y que no quería ser mandado contra los pobres infortunados como los de Fourmies.Su objetivo sería el lujoso Café Terminus, frecuentado en la época casi exclusivamente por miembros de la élite francesa, considerado como un símbolo de la arrogancia burguesa.Cuando el juez que presidía la sesión le espetó: «[...] todos pudimos ver tus manos cubiertas de sangre hoy», Henry le respondió: «Mi mano está tan cubierta de sangre como enrojecidas están sus ropas».
Tapa del periódico en que Émile Henry fue preso luego del ataque al Café Terminus.
Tapa del periódico del interrogatorio Émile Henry por la policía.