Los elefantes se limitan en su mayoría a las tierras bajas en la zona seca en la que todavía están bastante extendidas en el norte, sur, este, noroeste, centro-norte y sur-este de Sri Lanka.
La población ha disminuido un 50% en los últimas tres generaciones, estimado en sesenta a setenta y cinco años.
La especie es amenazada por la pérdida de hábitat, la degradación, la fragmentacion, la caza por sus colmillos y la deforestación.
Se han usado veneno, trampas, vallas electrificadas, e incluso explosivos son utilizados para acabar con los elefantes en zonas ocupadas por humanos, una práctica en expansión en buena parte de la isla.
El censo de 2011 indicó que la protección había comenzado a tener efecto y se contaban cinco mil ochocientos ejemplares en libertad.