Elena A. Laverón nació en Ceuta en 1938[1] y vivió en el protectorado español de Marruecos hasta 1954.
Durante esos años, residió en distintas poblaciones del protectorado español de Marruecos como Ketama, Arcila, Alcazarquivir o Larache, y Tánger, dado que su padre fue de los últimos altos funcionarios del Gobierno español en la zona.
En 1966 regresan a España y se instalan en Málaga, donde residen actualmente.
En su casa-taller, ubicado en Churriana, muy cerca de Torremolinos, y su jardín habitan sus esculturas, a las que siempre ha considerado parte de los paisajes y no ha querido meter en vitrinas.
De su obra, el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa explicó: «Parecería que la implacable dicotomía que separa la materia del espíritu se reconcilia en la escultura de Laverón, con claras reminiscencias a Picasso y a Moore (y al arte primitivo)».
José María Lozano, que califica a la escultura como “musa de arquitectos”.
En 1975 tuvo su primera exposición en Madrid, en la galería Faunas, con 25 esculturas a las que José Hierro calificará de «ídolos primitivos».
La revista Reseña publicpi un artículo sobre su obra que firma Paloma Esteban.