Elena Aiello

Este fenómeno fue documentado, evaluado por médicos y fotografeado,[3]​ se le presentó en varias ocasiones por el resto de su vida, los viernes de marzo, especialmente el Viernes Santo.

[4]​ Entre las profecías más famosas se encuentran aquellas dirigidas a Benito Mussolini, con las que le invitaba a abandonar la guerra y obedecer al Papa.

El instituto obtuvo el reconocimiento de la Santa Sede en 1948.

[1]​ Gracias a la fama que adquirió en vida, Elena se convirtió en un punto de referencia para muchas personas de sus tiempos, los cuales comenzaron a llamarla la «monja santa de Calabria».

Se cuenta que el mismo papa Pío XII le tenía gran estima.