[2] Saakashvili mismo dimitió como presidente, siendo reemplazado por Nino Burjanadze interinamente, para que las elecciones pudieran adelantarse, y volvió a presentarse como candidato del Movimiento Nacional Unido (ENM).
Su principal oponente fue el líder conservador Levan Gachechiladze, bajo una amplia coalición de centroderecha conocida como Consejo Nacional Unido.
[4] Los observadores internacionales, en cambio, dieron la bienvenida a las elecciones como "la primera elección presidencial auténticamente competitiva" en la historia de Georgia,[5] y dijeron que, aunque se observaron irregularidades, los comicios generalmente cumplieron con los estándares democráticos internacionales.
El partido Nuevas Derechas también se distanció de la coalición opositora y presentó a Davit Gamkrelidze.
[8] Irina Sarishvili-Chanturia, líder del Partido de la Esperanza, fue la única mujer en presentarse como candidata.
[10] En total, trece candidatos presentaron firmas, pero solo siete fueron reconocidos por la Comisión Electoral Central (CEC) como elegibles para postularse para la presidencia:[9] A fines de diciembre, Patarkatsishvili, que había comprometido su apoyo financiero a los mítines de noviembre, se vio envuelto en una gran controversia.
En respuesta, su principal funcionario de campaña, Giorgi Zhvania (hermano del difunto primer ministro Zurab Zhvania), renunció, declarando que Patarkasishvili "no tiene la reputación incuestionable que uno esperaría del presidente de un país".
[16] El período preelectoral en Georgia también estuvo marcado por la creciente tensión en la separatista Abjasia.
[19][20] La mayor parte de las encuestas de opinión pronosticaban que Mijeíl Saakashvili obtendría una amplia pluralidad, superando por veinte puntos al segundo candidato más votado, pero que no podría evitar una segunda vuelta contra Levan Gachechiladze.
[21] Esta encuesta daba a Gachechiladze una estrecha mayoría simple del 22%, siendo una de las pocas encuestas en la que salía como el candidato más votado en primera vuelta, y la única en la que Badri Patarkatsishvili obtenía más del 15% de los votos.
[21] Además de los observadores locales, veitninueve organizaciones internacionales o extranjeras (incluidas la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y el International Crisis Group) enviaron observadores a monitorear las elecciones.
Veintitrés por ciento de los encuestados, sin embargo, se negó a decir por quién habían votado.
[29] Según un desconocido hasta ahora think tank ucraniano "Common European Cause",[30] que afirmó haber entrevistado a 10 000 personas en 200 colegios electorales, Gachechiladze ganó la mayoría de los votos (31%), seguido por Saakashvili (24.4%) y Patarkatsishvili (20.3%).
[33] Sin embargo, la oposición siguió protestando por el resultado, alegando que se había llevado a cabo fraude electoral y exigiendo una segunda vuelta, y solicitando también la renuncia del jefe de la Comisión Electoral.