A lo largo de 1954 hubo algunos intentos de sabotaje al proceso electoral[cita requerida], incluyendo un complot organizado por el expresidente Carlos Prío Socarrás y su exministro de Educación Aureliano Sánchez Arango[cita requerida].
Durante la campaña electoral, Ramón Grau mostraba una importante intención de votos, pero no la suficiente para triunfar.
[2] Los abstencionistas, que en general apoyaban a Prio, los Ortodoxos y los Comunistas boicoteaban los actos de Grau, irrumpiendo en los mismos con consignas revolucionarias.
Los actos de Batista, por el contrario, se desarrollaban sin disturbios.
[2] El expresidente Grau, sospechando que Batista cometería fraude, renunció a su candidatura dos días antes de los comicios.