Fueron las decimoterceras elecciones parlamentarias de Seychelles desde la instauración del sufragio universal, las undécimas desde la independencia, las séptimas desde la restauración de la democracia multipartidista y las primeras desde 1998 en tener lugar al mismo tiempo que los comicios presidenciales.
La Unión Democrática Seychellense (LDS), principal coalición opositora, basó su campaña en la necesidad retener y ampliar la mayoría absoluta obtenida en 2016, cuando infligió al gobernante y dominante Partido Popular (PL) su primera derrota electoral desde que llegara al poder en 1977, hecho que había motivado la renuncia del presidente James Michel y su reemplazo por su vicepresidente, Faure.
En contraste, Seychelles Unidas sufrió una dura derrota y perdió cinco circunscripciones con respecto a 2016, aunque logró sumar el distrito electoral de reciente creación de las Islas Interiores.
Desde las elecciones parlamentarias de 1974, las últimas antes desde la independencia, el Partido Popular y sus formaciones predecesoras no habían sufrido una derrota electoral.
26 escaños son elegidos por medio de escrutinio mayoritario uninominal, representando a los veintiséis distritos en los que el país se encuentra dividido.