La fecha original iba a ser el 8 de enero, pero fueron pospuestas.
Sin embargo, más tarde dijo que se celebraría según lo previsto.
Tras el asesinato de Benazir Bhutto, la líder opositora, la Comisión Electoral anunció después de una reunión en Islamabad que esta fecha ya no era posible y las elecciones se celebrarían el 18 de febrero.
Las elecciones según lo prometido por Musharraf se consideraron las, hasta entonces, más transparentes y justas de la convulsa historia de Pakistán.
Las elecciones resultaron en la victoria por mayoría simple del partido de la opositora, el Partido Popular de Pakistán por lo que el presidente Musharraf reconoció la derrota de su partido y se comprometió a trabajar con el nuevo Parlamento.