A la legislatura electa en estos comicios se le dio un período transitorio para redactar la actual constitución de Irak.
Las siguientes elecciones generales se dieron en diciembre de ese mismo año.
La Alianza Unida Iraquí, una coalición islamista moderada chií tácitamente apoyada por el Gran Ayatolá Sayyid Ali al-Sistani, obtuvo una amplia victoria con el 48% de los votos.
En total, doce partidos recibieron votos suficientes para ganar un asiento en la Asamblea, aunque solo tres ocuparon más de seis escaños.
Si bien los comicios fueron vistos por algunos analistas como una victoria para la democracia en Oriente Medio, esa opinión no es compartida por todos, especialmente debido al boicot suní y la supuesta injerencia estadounidense en el resultado de las mismas.
Seymour Hersh ha informado de que hubo un esfuerzo por parte del gobierno de Estados Unidos para dirigir fondos y otros recursos hacia el partido de Allawi y que no es posible que haya sido similar el trato a los demás partidos.
Por otro lado, el abstencionismo suní tuvo como consecuencia una baja participación electoral (58%) y una sumamente escasa representación parlamentaria de esta comunidad.
Sin embargo, más de cien ataques armados en los centros de votación se llevaron a cabo, matando al menos a cuarenta y cuatro personas (incluyendo nueve atacantes suicidas).
Una filial de Al Qaeda no identificado desestimó las elecciones, describiéndolas como un "teatro" creado por los ocupantes estadounidenses, y se comprometió a continuar librando una "Guerra Santa" contra las fuerzas de la coalición.
Las áreas con poblaciones mixtas vieron una sobrerepresentación de partidos chiíes o kurdos.
Entre otras precauciones, todos los miembros de la misión, excepto el jefe, Jean-Pierre Kingsley, se mantuvieron en el anonimato.
La mayoría de los 111 partidos que presentaron listas electorales no recibieron asientos.
La mayoría de los observadores esperaban que el 30% del parlamento fuese conformado por mujeres.
Si la constitución resultaba aprobada, se celebrarían nuevas elecciones bajo la misma, por lo que las elecciones de enero serían solo el primero de los tres procesos electorales que viviría el país ese año.
Sus vicepresidentes serían Ghazi Mashal Ajil al-Yawer, y Adel Abdul-Mahdi.
Una vez entrada en vigor la constitución, se convocó a nuevas elecciones generales bajo el imperio de la misma.