El Partido Comunista Iraquí (en árabe الحزب الشيوعي العراقي, transliterado Al-Ḥizb al-Shīūʿīy al-ʿIrāqī, en kurdo حزبی شیوعی عێراق) es una organización política de Irak, perteneciente a la izquierda de ese país.
La afiliación a este círculo incluía iraquíes influyentes como Mustafa Ali, más tarde ministro de Justícia con Abdul Karim Qassim, y Mahmoud Ahmad Al-Sayyid, considerado el primer novelista del Irak moderno.
[2] Al-Rahhal, un consumado políglota, que podía traducir artículos de diversos diarios marxistas y comunistas europeos, introduciendo muchos ideales nuevos en la sociedad intelectual iraquí.
Unos cuantos círculos también se crearon en Bagdad, dirigidos por notables como Asim Flayyeh, Mahdi Hashim, y Zaki Khairi.
[8] La organización, con sus fundadores actuando como líderes regionales, comenzó a editar el primer diario clandestino de Irak, Kifah Al-Shab (" La Lucha del Pueblo"), y comenzaba a atacar al primer ministro Yasin al-Hashimi, ocasionando medidas policiales rápidas y el arresto de casi todos los líderes principales del comunismo iraquí.
[12] Bkar Sidqi, el líder del golpe y ahora el nuevo poder en el gobierno, emprendía ataques contra el partido, encontrándose con huelgas de trabajadores por todo el país.
[14] En 1941 Yusuf Salman Yusuf se convertía en secretario general del partido, y comenzaba a reorganizar la organización (valga la redundancia) y expansión de la afiliación entre las clases obreras del país.
Con éxito, estableció la base para el partido de masas de años posteriores, y bajo su liderazgo el partido se convertía en una fuerza considerable entre la clase obrera iraquí y un foco esencial para la protesta contra la implicación británica en los asuntos internos iraquíes.
[18] Mientras que este período trajo muchas victorias organizativas al partido, también condujo a la respuesta devastadora del gobierno, a causa del papel de los comunistas en las revueltas de al-Wathbah.
El partido fue casi diezmado, y dio paso a un período de reconstrucción.
Casi la totalidad de los viejos militantes, la mayor parte del liderazgo bagdadí, estaba presa, creando un vacío que los miembros kurdos llenaron rápidamente.
Este período también vería una grave caída en la afiliación judía, indudablemente conectada con el éxodo masivo de aproximadamente 120.000 judíos iraquíes a Israel.
Esta política se instituía durante uno de los períodos en que Nuri al-Said tenía control sobre el gobierno.
La lucha callejera duró tres días y se concentró en las zonas fuertes del partido, especialmente en los distritos chiitas.
Cuando el Partido Árabe Socialista Baaz consolidó su poder, los comunistas lanzaron una campaña física extraordinaria.
El partido podía operar legalmente y pudo restaurar sus organizaciones asociadas, pero la represión no desapareció y en 1974 el partido, a pesar de estar en el gobierno, adoptó medidas más clandestinas para aumentar la seguridad de sus miembros.
Poco antes, el Baaz se dirigió al Partido Comunista Iraquí-Cuartel General para ocupar el lugar en el Frente Nacional; este partido, desde 1978, se orientaba hacia las doctrinas maoístas; la alianza propuesta por el Baaz provocó una división del partido en dos, circunstancia que provocó la desaparición de ambos a principios de los años 80, con la Guerra Irán-Irak (uno apoyaba al presidente Abolhassan Banisadr de Irán y el otro a Jomeini).
El Partido Comunista Iraquí se opuso a la invasión norteamericana de Irak en 2003, pero ya producida decidió trabajar con las instituciones políticas establecidas por los ocupantes.
Dada la supresión ocasional del partido y lapsos derivados en su actividad, el puesto quedó vacante en algunos casos.