Partido Islámico Iraquí

Sin embargo, el partido en sí no se considera una rama de los Hermanos Musulmanes ni un frente político de esa organización para Irak; aunque sí reconoce los fuertes lazos políticos e intelectuales que lo unen a la organización musulmana egipcia.

El Partido Islámico representaba a la oposición suní al gobierno de Hussein.

La brutal represión al partido hizo que casi desapareciera dentro de Irak.

Fuera del país los militantes exiliados mantuvieron viva la lucha; en la década de los años 70 el partido comenzó a funcionar en el Reino Unido y publicó un periódico llamado Dar as-Salam.

En esa época fue elegido Secretario General del Partido Islámico un dirigente exiliado en el Reino Unido, Ayad al-Samarrai.

En el Gobierno de Iyad Allawi que se formó el 1 de junio del 2004 el Partido Islámico tuvo un ministro (el Ministro de Industria Hajim al-Hassani); pero las relaciones del partido con los partidos chiíes del gobierno y con los estadounidenses se iban deteriorando debido a la creciente insurgencia suní contra el nuevo orden.

El Partido Islámico y sus socios aceptaron la oferta, y nombraron a algunos de sus dirigentes para que fueran Ministros del nuevo gobierno del primer ministro Nuri al Maliki.

El Partido Islámico denuncia que los beneficios del petróleo casi no llegan a los suníes, y se opone radicalmente al federalismo contemplado en la nueva Constitución; ya que alega que de formarse las Regiones Autónomas y controlar estas la mayor parte del dinero del petróleo los suníes saldrían perdiendo, ya que las regiones donde viven los suníes son muy pobres en petróleo y por lo tanto sus gobiernos regionales no tendrían casi recursos para atender las necesidades populares y prestar los servicios básicos.

Sin embargo, el Partido Islámico sí se opone claramente a Al Qaida (al igual que lo hace la insurgencia nacionalista) por sus métodos brutales y genocidas de los que son víctimas los propios suníes.

De todas maneras el Partido Islámico mantiene el diálogo abierto con Estados Unidos, y su líder (y Vicepresidente de la República) Al-Hashimi ha tenido conversaciones directas con el presidente estadounidense George W. Bush para intentar contribuir a la pacificación del país.