Al mismo tiempo, la legislatura electa en los comicios sería una Convención Estatuyente, que una vez hubiera aprobado un estatuto municipal para la ciudad, ejercería interinamente como órgano legislativo hasta que fuese electa una legislatura permanente (la cual sería regulada por el estatuto), en conjunto con la renovación legislativa del año siguiente.
En tercer lugar quedó Domínguez, por el Partido Justicialista (PJ) y la Unión del Centro Democrático (UCeDé), sufriendo una clara derrota al recibir solo el 18.62%, el peor resultado para su partido en la Capital Federal (aunque este siempre fue un distrito esencialmente antiperonista).
En cuarto lugar quedó Gustavo Béliz, justicialista disidente que venía apoyado por dos partidos, Nueva Dirigencia (ND), fundado el año anterior tras romper con el PJ, y la Alianza de Centro.
[4] Desde su federalización, la Capital Federal mostró, en el sentido electoral y salvo contadas ocasiones, una tendencia marcadamente opositora a las hegemonías nacionales.
[6][5] Con el retorno del país a la democracia en 1983, Buenos Aires se convirtió en un bastión de la Unión Cívica Radical, conservando la mayoría en el Concejo Deliberante durante toda la siguiente década.
El gobierno justicialista municipal comenzó a ser sucesivamente atacado por el FREPASO y la UCR desde enero de 1996 debido a que la nueva constitución disponía que para entonces ya debería haberse programado la elección.
La tensión llegó a un punto en el que durante sus campañas y antes de las mismas, De la Rúa y La Porta llegaron a referirse a Domínguez como "intendente de facto", y ambas fuerzas anunciaron que trabajarían juntas para lograr que Domínguez abandonase el cargo tan pronto como fuera posible si perdía las elecciones.
[11] El candidato del PJ fue el intendente designado por Menem en 1994, Jorge Domínguez,[11] quien a su vez sería apoyado por la Unión del Centro Democrático (UCeDé), partido conservador liberal que ya había apoyado al gobierno menemista en reiteradas ocasiones, y por el partido minoritario municipal Poder Político de los Jubilados, en el denominado "Frente Justicialista".
Principalmente, su apelación a la ética y la transparencia administrativa fue lo que más impulsó su intención de voto, manteniéndose en primer lugar en todas las encuestas durante la campaña.
[11] La Porta, por su parte, encabezó una campaña marcadamente progresista, aunque fue cauteloso con los temas sobre los cuales se le preguntaron.
La Porta quedó en segundo lugar con el 26.50%, un resultado significativamente inferior al más de 30% que le auguraban los sondeos.
[12] La elección resultó una abrumadora (aunque de todos modos previsible) derrota para el oficialismo.
El porcentaje del Partido Justicialista, con Domínguez recibiendo tan solo el 18.62% de los votos, superó los peores pronósticos.