En ellas, el Partido Popular, con Juan Vicente Herrera como candidato, conservó su hegemonía en las todas provincias castellanas y leonesas excepto en la provincia de León, si bien el PSOE solamente obtuvo 2.000 votos más.
En estas elecciones el número de procuradores creció hasta situarse en 83.
El aumento se debió al procurador número 15 por la provincia de Valladolid.
Esto supuso el abandono del Castillo de Fuensaldaña como sede legislativa provisional tras 24 años de actividad.
La mayoría absoluta que revalidó el PP en estas elecciones permitió que el presidente y candidato a la reelección por este partido, Juan Vicente Herrera, continuase al frente del ejecutivo regional con el único apoyo de los procuradores del PP.