Narváez no llegó a convocar las cortes hasta meses después de empezar su mandato.
[1] Debido a la escasez de dinero, Narváez subió el impuesto sobre la tierra un 10%.
Prim elaboró un plan del golpe: el movimiento comienza en Aragón, y desde allí se solicitaría que lo secundaran en Cataluña y Valencia, regiones que estaban dispuestas a una revolución.
Prim llegó a Valencia para comenzar una sublevación, pero los militares se echaron atrás.
Cuando se abrieron las Cortes, estas felicitaron al gobierno por haber salvado a España de una guerra civil, usando un lenguaje altilocuente El fracaso de Valencia fue debido a que Prim retrasó el inicio de la sublevación y luego se quedó un barco esperando el inicio de un alzamiento, que no se produjo sin él.